¿Por qué, si Metroagua SA
ESP no es una empresa aislada a los intereses patrimoniales de la ciudad por
ser ésta dueña del veintiocho por ciento (28%) de las acciones clase A y ser el
Presidente natural de ésta el Alcalde de Santa Marta, hay tanto interés en
decir lo contrario y se despliega un enconado afán en acabarla bajo el supuesto de
ser una concesión?.
Es la pregunta que muchos
samarios se hacen. Pregunta explicable porque si lo que se desea es mejorar el
servicio de acueducto y alcantarillado resulta más rentable, para el Distrito,
asumir el control de ella aprovechando la composición y la distribución
accionaria que se tiene y ejercer las potestades que otorga la silla
presidencial de su Junta Directiva.
No obstante, en detrimento
del patrimonio que ahí tiene la ciudad y aumentando la crisis que
históricamente ha presentado la prestación del servicio de suministro de agua
potable, se hacen ingentes esfuerzos en cerrarla.
Una de las razones para que
ello esté sucediendo la explica el avance en la creación de otra empresa bajo la modalidad
de las Asociaciones Público Privadas - APP-
que, bajo otro nombre, no es otra
cosa que una nueva forma de concesión.
El alcalde de Santa Marta
tiene en su escritorio los estudios de prefactibilidad para la creación de otra
concesión (quitar una para poner otra) cuya novedad sería comprar agua no
tratada (cruda) desde Palermo hasta Santa Marta trayéndola con una red de
tubería paralela a la vía que de Santa Marta conduce a Barranquilla.
Todo invita a suponer que
ese es el interés superior del Alcalde para llevar al máximo la crisis por el
desabastecimiento de agua en los hogares samarios y bajo la excusa de acabar con una concesión incita a una
rebeldía ciudadana en contra de Metroagua en las famosas rutas de la verdad del
agua que actualmente adelanta en barrios populares de la ciudad.
Bajo ese mismo entendido
se explica del por qué, luego de un año de verano, la Alcaldía Distrital de
Santa Marta no ha presentado una sola propuesta para superar la crisis.
Eso significa que a costa de la desgracia de
quienes vivimos en Santa Marta el Alcalde Caicedo Omar hace su pulso en pos de
una nueva concesión.
ALEJANDRO ARIAS
MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN PARA LA PRENSA LIBRE
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