En reciente entrevista que
Carlos Vives ofreció a Radio Magdalena, filial de Caracol Radio, Vives recordó
una publicación mía de fecha 2 de agosto de 2011, como uno de los motivos que
lo inspiró a vincularse con las Fiestas del Mar (Escuchar CARLOS VIVES EN RADIO
MAGDALENA: http://sdrv.ms/S9oGBb) La razón estaba asociada al papel que
pudieran cumplir las Fiestas del Mar como excusa para fortalecer nuestro
orgullo samario y mantener viva nuestras tradiciones.
Sigo creyendo que Carlos
Vives, su esposa y sus amigos pueden lograr ese propósito. No me cabe dudas de
la buena fe de Carlos a la hora de trabajar en pro de la reconstrucción de
nuestros íconos culturales y nuestras razones de orgullo; claro lejos de los
propósitos políticos y sectarios que han desdibujado ese esfuerzo. Por eso no dudo
en apoyarlo y acompañarlo y por ello quiero recordar esa nota que lo inspiró
con la esperanza que también lo inspire a usted:
FIESTAS
DEL MAR, SON AÚN AJENAS
¿Qué cosa marca diferencia
en los barranquilleros, los bogotanos, los paisas, los caleños y los vallenatos
que hace que ellos sientan que su sangre es de donde son y que en nosotros, los
samarios, no marca esa diferencia?
¿Cuál es la magia que no
tienen las Fiestas del Mar que en cambio sí explotan los Carnavales de Barranquilla, La Feria de
las Flores y el festival Vallenato?
El Carnaval de Barranquilla
es la fiesta más importante de Barranquilla y uno de los más reconocidos en el
mundo. El Carnaval es un acontecimiento cultural en el que se expresan y
representan todas las variedades culturales de la Costa Caribe colombiana, se
da rienda suelta al folclor de la región, a las más variadas manifestaciones
culturales locales, a la música y al baile.
De acuerdo con la
investigación titulada “Carnaval de Barranquilla como escenario de movilización
social, reconocimiento, igualdad e imaginarios sociales” adelantada por Eder
Francisco Cabrera Peña y Diana Victoria Quintero Acosta se tiene que “en cuanto
a si existen imaginarios sociales en el Carnaval de Barranquilla, los
resultados obtenidos demuestran que sí los hay. Los observadores y actores,
indistintamente de su proveniencia, edad y estrato socioeconómico, en su gran
mayoría tienen como referentes de concepciones del carnaval a la canción ´Te
olvidé´, a los colores amarillo y rojo, a un mensaje de alegría percibido en
todo momento, a dos personajes destacados de la fiesta convertidos en sus
íconos: Estercita Forero y María Moñitos, a su vez tienen claro que vivir el
Carnaval de Barranquilla es también tomarse una cerveza, es bailar, la danza
que para ellos es la más significativa: la del garabato, que el desfile más
representativo es la ´Batalla de Flores´ y que la frase más llamativa y que
refiere al Carnaval de Barranquilla de la mejor manera es ´quien lo vive es
quien lo goza´.
Cuando se aventura uno en la
búsqueda del significado y el origen de la Feria de las flores se encuentra uno
que éstas poseen un carácter íntimo de la cultura paisa, que con ellas se
celebra el florecimiento y las costumbres de la casta y la raza regional y, en
general, la vida entera de la región. Con este carnaval, Medellín, la ´Ciudad
de la eterna primavera´, se sumerge desde hace 54 años en su más profunda
naturaleza y cultura, en medio de las cuales sus habitantes recuerdan,
disfrutan y continúan enorgulleciéndose con los valiosos elementos
tradicionales de su particular mundo.
Y si se trata de sumergirse
en la búsqueda de las razones que fundamentan el Festival Vallenato se pueden
encontrar joyas como la descrita en el libro “Construcción de identidades y
transculturalidad, en México, a partir de la música caribeña colombiana”
escrito por Darío Blanco Arboleda en el que el autor precisa que “la música de
acordeón como folclor hacía parte de toda la región de la Costa Atlántica pero
con la necesidad de Valledupar, de crear un elemento cultural propio que los
diferenciara de las demás regiones, se fue dibujando una nueva historia para
apropiársela y desplazarla. (. . .) Es así que Valledupar con su festival
comienza a ser el nuevo dueño del género musical. Como plantea Martín Barbero:
´la apropiación y reelaboración musical se liga o responde a movimientos de
constitución de nuevas identidades sociales´. En torno al vallenato se da
identidad cultural y un elemento cohesionador a toda la cultura del Valle de
Upar, constriñendo y parcializando sus orígenes, haciéndole creer al país y a
sus propios habitantes que son los dueños y creadores del vallenato”. Una razón alimentada de forma institucional
para enervar el orgullo de ser valduparense.
En santa Marta, en cambio,
no existe una sola política que permita construir elementos de identidad que
cohesionen nuestros sentimientos y orgullo samario alrededor de las Fiestas del
Mar. No hay lazos que unan a Ciudad Perdida, el Parque Tayrona, la Sierra
Nevada de Santa Marta, las diferentes playas y otros escenarios que representen
nuestra identidad con el sentimiento de las gentes que hoy habitan a Santa
Marta, que por cierto, cada vez son más gentes de influencias culturales
distintas.
Las Fiestas del Mar como
patrimonio cultural y elemento cohesionador no cumple ningún propósito. No
entraña arraigo de orgullo y de preservación de nuestros íconos sociológicos,
de aquellos que hagan gritar “me siento orgulloso de ser samario”.
Personajes como Carlos “el
Pibe” Valderrama, Antony “Pipa” de Ávila, Falcao, Johan Volanthen, entre otros,
resultan míticos, lejanos casi ausentes a nuestra cultura.
A propósito de la
presentación de Carlos Vives; pregunté entonces a muchos amigos ¿qué hace que
Carlos Vives sea un símbolo de nuestra ciudad? Todos coincidieron en que más
que su genialidad para haber logrado derribar las barreras sociales y las
fronteras que sitiaban al vallenato, más que sus éxitos actorales, su brincado
bailador y sus pantalones cortos es su personalidad. Es la epidemia de optimismo
que él contagia con su espontaneidad, su mirada y su risa.
Me atrevo a decir que si ese
potencial lo hiciéramos vivencial en todas las comunas de la ciudad y de la
mano de Vives creáramos un capítulo llamado los amigos de Vives y con los
amigos de Vives impregnáramos a todas nuestras gentes del orgullo samario aproximándolos
a todos esos escenarios que hoy están vedados para las mayorías de quienes
vivimos en ella haríamos de las Fiestas del Mar una excusa para recrear y
recordar el compromiso que tenemos con lo nuestro.
Las Fiestas del Mar deben
cumplir un fin, un objetivo, una razón de ser: motivarnos a atesorar las
razones de nuestra idiosincrasia, impulsarnos a amar fervientemente y
cohesionarnos alrededor de todos aquellos motivos culturales y ancestrales que
nos unen a Santa Marta. Las Fiestas del Mar deben ser el pegante social que nos
adhiera unos a otros sin distingos de clases, debe hacer que como samarios
todos nos lancemos al mundo teniéndola a ellas como razón de orgullo y excusa.
De otra forma, como vamos, para los samarios las Fiestas del Mar seguirán siéndonos
simplemente ajenas.
E-mail: alejandroarias@dialnet.net.co
MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS INDEPENDIENTES DE COLOMBIA - A.P.I.C.
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