En esta oportunidad he querido dar paso a
estas sabias reflexiones del doctor Felix Vega Pérez connotado abogado de la
Universidad Nacional, ex Senador de la República, ex Cónsul de Colombia en Cuba,
ex Directorista del Partido Liberal Colombiano, ex Secretario de Gobierno y
Hacienda del departamento del Magdalena, entre otras.
Reflexiones que respetuosamente considero
obligatorias en estos momentos en los que mediáticamente, en el escenario
local, quieren vender la idea que hay una campaña de desprestigio y
estigmatización en contra del Magdalena desde el Gobierno y la prensa nacional cuando
quienes acá vivimos sabemos no hay una sola nota de exageración; que en verdad
seguimos padeciendo la misma, histórica
y vergonzosa realidad.
¿RESPETO POR EL MAGDALENA?
Nunca me agradó la consigna escogida por los
responsables de la publicidad de la campaña a la Gobernación del Magdalena del Luis
Miguel Cotes Habeych. De hecho, ésta lucía como un reclamo a los poderes
centrales y a la justicia por haber
desmontado el poder político y administrativo de las autodefensas en el
Departamento.
Se puso en boca de los organizadores de dicha
campaña la pobre tesis de que habíamos sido “estigmatizados”, bajo el supuesto
que los medios nacionales habían olvidado que penetraciones más sangrientas y
corruptas estaban ocurriendo en otras regiones sin que se le diera la
resonancia y eco que aquí en cambio nos dispensaban.
De paso este alcance de la consigna liberaba de
repulsivas incomodidades a los representantes de Trino Luna y otros que se alinearon
con la campaña.
Cuando participaba como orador en algunas
reuniones de barrio me esforzaba por explicar la consigna desde el ángulo que
creía correcto. Que el respeto perdido,
se debía a Gobernadores emisarios de la parapolítica y que senadores y
representantes encarcelados – convictos y confesos – merecían las penas
impuestas. Y que esto lejos de ser una
gratuita e injustificada ofensa al Magdalena era un acto de depuración que
abría posibilidades a un rotundo cambio en la clase dirigente, a desterrar las
prácticas administrativas deshonestas y a impedir que los resultados
electorales reflejaran el poder intimidatorio de las armas o el poder corruptor
del dinero.
Agregaba que esta Gobernación iba a reconquistar, a
reconstruir, a recobrar, ese revocado respeto contando con un liderazgo joven e
intachable.
Hoy, cuando desde diversos organismos de
control, altos ejecutivos gubernamentales, medios de comunicación, opinión
pública levantaron una alerta estridente
acerca de varios procesos de contratación (Vía Palermo – Salamina, venta
de inmuebles de la Licorera del Magdalena en Liquidación, cantidad de
niños por fuera de la cobertura
estudiantil, etcétera), resulta inútil la defensa de la administración con el
alegato socorrido de que hay en marcha desde el Ministerio de Transportes o
desde INVIAS o desde la Contraloría General de la República, un concierto para
desprestigiar al Magdalena. Reviviendo
así la errada consigna electoral.
Las glosas a dichas contrataciones son tan
puntuales y discriminadas que su refutación no puede darse sino mediando los
órganos judiciales competentes y no implorando una solidaridad de paisanaje que
más que una argumentación severa luce como un burladero de corraleja
pueblerina.
Razón por la cual hoy no dejo de preguntarme,
con cierta justificada razón, ¿respeto por el Magdalena?.
DE
ÑAPA: Y como respeto no ha habido por el
Magdalena ni mucho menos por sus niños, por ejemplo, la Contraloría General de
la República avanza en su tarea. Ojalá la Contralora Sandra Morelli evidencie en
esta oportunidad el mismo temple que tuvo con el ex Gobernador Omar
Diazgranados Velázquez.
ALEJANDRO ARIAS
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