Las conclusiones de la caracterización
del servicio de transporte público de Santa Marta y el documento Conpes 3548 de
2008, con el cual quedaba implementado el SETP, tienen en común reconocer que
la crisis de este sector tiene sus causas en la ausencia de una visión
sistémica del transporte público colectivo; la inexistencia de una institución
a cargo de la gestión del transporte público que promueva el uso eficiente de
los recursos disponibles en la ciudad y que busque permanentemente la promoción
de un transporte sostenible en toda la ciudad y la prestación de un servicio cada
vez más caótico, más contaminante y menos rentable debido a la sobreoferta de
unidades y al desequilibrio financiero que se presenta en una operación donde
el mayor competidor es el mototaxismo.
El verdadero nudo gordiano
de esta situación no estaba en las famosas inversiones hoy incuantificables y
lesivas del SETP sino en el reordenamiento del transporte público en sí. Para
lo que no se requerían ingentes inversiones sino disposición empresarial para
transformar una realidad adversa.
El anuncio de la unificación
de las empresas operadoras del servicio de transporte público en un mismo
negocio y una misma caja, la intervención de 57 rutas para reorganizarlas en 36
más extensivas con la unificación acordada a la fecha de 9 de ellas son un
anuncio esperanzador que confirman lo siempre dicho: que el modelo presentado
con el SETP o TUS no era ni el adecuado ni el conveniente ni el más eficiente y
hoy se nos concede la razón.
Buen comienzo el del 20
enero, según lo anunciado, fecha en que se iniciarán los nuevos estudios de caracterización
del servicio de transporte público con los que se definirán las necesidades técnicas y los modelos
de los buses requeridos para empezar a operar, cosa que se aspira arranque en 8
meses. Sumado a todo lo anterior, las inversiones que los empresarios harán en
pro de la sistematización de los pagos y la reglamentación del servicio que
incluye la disciplina de paraderos, entre otros.
El reto ahora es para la
Alcaldía Distrital que queda obligada a buscar ante el Gobierno Nacional la
renegociación del Conpes 3548 de 2008 si quiere sacarle partido a esos recursos
de la nación. Para ello debe entonces replantear el modelo de financiación y
precisar la restructuración de las inversiones que garanticen, entre otros, un estudio
de movilidad serio que permita capitalizar al máximo los recursos que ofrece la
nación sin que el Distrito termine asumiendo ese agujero negro financiero, hoy
desconocido e incuantificable, en el que han querido enterrar, entre otros, los
recursos de la salud de los más pobres.
De igual forma, los
empresarios dejan servida la mesa para que la Alcaldía de una vez por todas
asuma responsablemente el manejo y el control del tránsito distrital y meta en
cintura el ordenamiento de la infraestructura vial con la que hoy se cuenta.
Si lo anunciado se cumple, será gigantesco el
paso que los empresarios del transporte público darán con el STU por lo que no
sobra reconocer que el STU es la ruta.
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