domingo, 5 de julio de 2015

MAGDALENA: ¿IMPORTARÁ AHORA A QUIEN APOYARÁN LOS PARAPOLITICOS?

Las cifras que expone el Departamento Nacional de Planeación, en relación con el Magdalena, en manera alguna asombran. Ciertamente confirman la realidad que vivimos a diario quienes hemos permanecido en este Departamento.

Confirmar que este ente territorial es hoy el tercer departamento con más pobres en la Costa Caribe (50,5%), que es el tercero con más pobreza extrema (15,6%), que la informalidad laboral alcanza el (77,8%), que la cobertura en educación apenas favorece al 41,29% de los niños y jóvenes, que la desnutrición golpea al 18% de nuestros infantes, que la atención integral de nuestros niños en la primera infancia no supera al 43% y que la cobertura en la atención rural de servicios públicos domiciliarios básicos como acueducto y alcantarillado solo benefician al 37 y al 2,7% de sus habitantes, respectivamente, ya no sorprenden.






En cambio espanta, a quienes hemos sido testigos,  ver cómo en estos últimos tres años han desaparecido las líneas de la decencia. Que desde la misma Vicepresidencia de la República y los Ministerios se avalen los comportamientos deleznables y concupiscentes de una administración que ha legitimado el crimen como una forma de Gobierno y que enquistó en su seno las mafias que aceitaron la campaña política del actual gobernador.

Escandaliza que las autoridades nacionales se mantengan pasivas. Que a pesar de contar con una hija del Magdalena, y sin lugar a dudas conocedora y padecedora de la realidad que nos golpea, en la Viceprocuraduría General de la Nación impunemente estas mafias se despachen a su antojo los recursos de la salud.

Pan de cada día es ver en la prensa local las denuncias de corrupción en los procesos de selección de los gerentes de hospitales, el desangre financiero de los mismos y la entrega de éstos a esas organizaciones delincuenciales.




Aterroriza levantar la voz para evidenciar los desmanes que suceden en la educación departamental porque el más importante aliado para materializar la moralización de la cosa pública como los es la Fiscalía General de la Nación, se comporta como cómplice.

En julio de 2013 dejamos en evidencia cómo los niños del Magdalena eran un verdadero negocio para estos mercaderes de la miseria (http://bit.ly/1mFfeWK y http://bit.ly/1o0WKjj). No ahorramos esfuerzo en el riesgo que implica denunciar y revelamos los testimonios de cómo se fabrican estudiantes en el Magdalena para dar paso a uno de los negocios más siniestros: la contratación de los servicios de la educación amparados con adiciones al presupuesto venidas del Ministerio de Educación. (http://bit.ly/1quU1iq).

Nada de eso sirvió. Y en cambio el Gobernador del Magdalena, Luis Miguel Cotes Habeych, al año siguiente volvió a firmar, con la misma modalidad, multimillonarios contratos que volvieron a enriquecer a pocos acosta del analfabetismo de nuestros niños y jóvenes: Fundación Club Juvenil del Sur el contrato N.° 529 del 16 de mayo de 2014 por valor de $ 8.848´905.458 del que ya pagó un anticipo de $ 4.424´452.729; con la Fundación para el Servicio Social y Empresarial Caribe – Servimas el contrato N.° 530 del 16 de mayo de 2014 por valor de $ 7.494´959.504 del que ya pagó un anticipo de $ 3.747´479.752 y con la Fundación Social para la Asesoría e Investigación Científica y Pedagógica -FUNPED- el contrato N.° 531 del 16 de mayo de 2014 por valor de $ 4.305´879.173 del que ya pagó un anticipo de $ 2.152´939.586.

La impunidad que se vive en el Magdalena, aterra.

Un claro ejemplo desesperanzador lo constituye la vía de La Prosperidad. Muchos creímos, cuando se destapó el escándalo, que había una luz hacia las decisiones ejemplarizantes. Pero tan rápido como desaparece un merengue en la puerta de un colegio la Procuraduría General terminó santificando exactamente lo contrario de lo que denunció; a la Ministra de Transportes la cambiaron de cargo y hoy esa misma vía cuyo diseño han cambiado violando los principios de la ley de contratación pública y burlando los mínimos referentes ambientales deben sernos motivo de orgullo y agradecimiento en cuñas radiales.

El presente de este departamento es absurdamente miedoso. No puede sentirse menos cuando prácticamente el lema de su bandera bien pudiera decir: el crimen sí paga.      

Cuando el Gobierno Nacional de la mano de su Vicepresidente, un partido político como Cambio Radical, unas autoridades como las judiciales y la disciplinaria  e incluso algunos medios de comunicación avalan el más descarado ejercicio del crimen no queda menos que sentir pavor.

Entre los magdalenenses el miedo es tan intenso, no solo ante nuestro lamentable presente sino a la posibilidad de que ese presente continúe, que de él no escapan ni los ex jefes políticos condenados por parapolítica. Tan grave es la realidad criminal de la forma como se gobierna el Magdalena y la impunidad que la blinda que muchos nos preguntamos ¿importará ahora a quien apoyarán, en las próximas elecciones, los parapolíticos?

ALEJANDRO ARIAS
MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN PARA LA PRENSA LIBRE
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